Este es otro indicador, un poco más conocido por todos, pues es propiamente con lo que conocemos al bloqueador solar.
El punto aquí es que no cualquier protector (o bloqueador) funciona igual simplemente por llamarse así. El SPF (Factor de Protección Solar, por sus siglas en inglés), es el nivel de protección que brinda el producto específicamente contra los rayos UVB. Mientras más alto es este nivel, mayor protección ofrece. Por ejemplo, un bloqueador con SPF 15, protegerán hasta por el 93% de los rayos, mientras que los bloqueadores con SPF +30 lo harán hasta por un 97%.
Ningún bloqueador ofrece el 100% de protección contra los rayos UVB y adicionalmente esta protección tiene un tiempo máximo de dos horas, por lo que hay que continuar aplicando sobre la piel que está expuesta al sol.